La Maita recibe su nombre de la antigua propietaria. Es un espacio tan antiguo como los poderes que se le atribuían a la dueña, sanar con la imposición de manos. Parece que el reto de los actuales propietarios no ha perdido su esencia: restaurar la muralla y mantener su poder de curación, del que damos fé.
Albero (Ceutí), Tomás Écija (gerente y jefe de cocina) y su hermano Juan Pedro Écija (encargado de personal) comenzaron este proyecto el verano de 2013. Para este local tan singular optaron por una carta de tapeo divertida y trendy, con referencias orientales sin olvidar la huerta murciana y la gastronomía local.
Acertamos de lleno, todo son buenas palabras. Tomamos cuatro platos para compartir, seis individuales, bebida (cerveza, vino blanco de rueda, tinto joven Ribera del Duero, agua y café) y postre.
Empezamos compartiendo un entrante, algo parecido a una croqueta de un guiso de ternera, con mucho sabor y nada aceitosa la verdad.
Aperitivo
Semi salazones a la intemperie
Sopa fría de tomate emulsionado
Mi versión del Mar Menor
Uramaki
Sam vegetal de atún rojo
Mar & Tierra
Tras este plato no podemos no hacer una mención especial a la vajilla de La Maita ¡¡¡espectacular!!! Digo «tras este plato», porque se sirve en una réplica del aljibe que hay junto a la muralla y sobre el que estuvimos cenando. El trigo meloso con bogavante y papel crujiente de gamba es toda una delicia, sabor intenso y el trigo con un punto de cocción óptimo.
Trigo meloso de bogavante y papel de gamba
Hacemos un pequeño break entre principales para cambiar de habitat: del mar a la tierra. Es una delicia crujiente de ropa vieja con trufa cubierta con panceta finísima y gel de yema, para llorar la verdad.
Delicia crujiente de ropa vieja con panceta
de temporada. Muy rico, nunca había comido cresta de gallo, si me la ofrecen sola me lo pensaría, pero en este plato acompaña a la perfección.
Huevo a baja temperatura
calabaza ponemos fin a la parte salada del menú gastrotapas. La carne tiene el sabor a guiso chup chup de toda la vida, presentada en forma de lingote. La guarnición aporta un toque dulce, para conseguir un contraste de sabores que te hace salivar pese a que ya te hayas comido unos diez platos.
Lingote de ternera
Semi frío de chocolate blanco y dulce de leche
Amenazamos con volver con más gente, así que preparaos que iremos con ganas y hambre como siempre 🙂
Pronto te contaremos más antojos de Gastronómik, mientras tanto disfruta cada bocado de tu vida.
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